11 de agosto de 2017

Tía...

Transcurridos ya 8 meses del año y lo más emocionante que me ha pasado es haber comido Cheesecake en Nueva York y que Alejandro haya pronunciado, entre sus primeras y pocas palabras, aquella de la que estaba segura me iba a hacer sentir única siempre: tía.

Desde que nació lo decreté: "Cuando hable y me diga tía se me van a caer los calzones" decía como que jugando, pero más iba en serio. No se me cayó nada, al contrario, se me subió todo y me llegó hasta el corazón. Es que se siente bien bonito.

Esas ansias que tenía por que me llamara, ahora cambiaron a querer poder charlar con él y comenzar a enseñarle cosas, que va, el mundo entero. Creo que de ahora en adelante no se van a terminar nunca; llegarán las de saberlo en su primer día de escuela, las de que se quede a dormir en mi casa, de llevarlo a Disneyland, de verlo aprender a leer, a tocar algún instrumento o jugar algún deporte. Esa palabra detonó que éstas ansias de verlo vivir, feliz y bien, no se me acaben ni lo hagan nunca.

No hay comentarios.: