24 de octubre de 2011

De la suerte de los que no se bañan.

¿Se han preguntado porqué es que a la gente imbécil es a quien le va mejor? Yo sí. Conozco a mucha gente floja, deshonesta, trancera, envidiosa, cruel, soberbia, mala, tonta, inútil, inepta, incapaz...y tienen todo lo que quieren, más de lo que necesitan y una vida llena de éxitos, logros y bienes materiales que la gente trabajadora, buena, honesta, sencilla, valiente, capaz, inteligente...no tiene.
Es como cuando uno se topa con gente que dice: 'Qué suerte tienen los que no se bañan'. Y es bien cierto.
En la escuela los más flojos y 'vale madres' ahora tienen un trabajazo, los que ni se preocupaban por asistir a clases y estudiar, los que copiaban en los exámenes y jamás trabajaron en equipo, son los jefes pendejos con los que la gente que se esforzó y se responsabilizó por aprender tiene que lidear. ¿Suerte? cómo sea, sigue estando cesgado para el lado de los 'hijos de puta' y buenos para nada.
A veces te enteras que la vieja mas zorra de la universidad, la arpía manipuladora, la idiota que ni sumar sabía, ahora se casó con un riquillo, que no mueve ni un dedo, que viaja por el mundo y restrega en la cara de quien puede su maravillosa vida.
Y hay quienes pueden, lo intentan pero de plano nada les llega. Los que quieren, pero no pueden, los que no tienen nada aunque se lo merezcan o tienen todo a medias.
¿A qué se debe? Suerte, influencias, destino, karma, oportunidades desperdiciadas, decisiones equivocadas, poco tiempo, coincidencias, etc.
A qué se debe que parezca que las cosas no son justas, que aparentemente no se tenga lo que se merece. ¿Qué hay que hacer o no hacer? ¿Cómo le hacen aquellos para tener todo lo que quieren y hasta más?
El consuelo que nos queda es esperar a que cada quien reciba el pago por sus deudas, que los malos reciban su merecido y el bien triunfe...idealista, pero quiero creer que al final, los esfuerzos se recompensan, que las cosas mejoran y que todos pagamos por nuestras decisiones y actos. Lo malo es que dura mucho.

23 de octubre de 2011

Diferente...

¿Qué tan común te sientes? ¿Qué necesidad tienes de ser diferente?
Cuando era jovencita me era difícil encajar en la forma de actuar de la 'mayoría' de la gente y no entendía porqué la gente se guiaba por los que los demás dictaban como cierto, correcto o adecuado tanto en conductas como en pensamientos. Me hacía sentirme extraña, excluída y meramente enfadada e incomprendida. Me preguntaba muchas veces porqué la gente no era capaz de pensar por si sola en cosas simples y entonces solo guiarse por lo que se supone que es o debe ser en vez de hacer lo que querían o sintiésen mejor.
¿Porqué soy diferente? Creo que al final doblé las manos y me rendí, como aquel dicho que cita que si no puedes con el enemigo únetele. Quizás no tenía la suficiente madurez para entender la poca capacidad que tiene la gente para decidir, reaccionar, actuar y pensar por si solos y de dejarme seguir siendo 'diferente'. Hoy, años después me doy cuenta que me he convertido en una persona más de ellos, que hace, e incluso siente, lo que ya está estipulado por los demás.
Educación, cultura, aprendizaje, herencia...cosas que determinan lo 'normal'.
Hay quienes cambian de 'normales' a diferentes y cambian sus perspectivas, paradigmas y formas de sentir, actuar y ver las cosas tan fácil como a su conveniencia. Yo no. Supongo que programarme para eso no me es fácil, pero recordando, me doy cuenta que un día lo hice y no, no fué fácil, pero lo logré, aunque no sé bien cuándo fue qué sucedió exactamente.
Me pongo a pensar si realmente es mejor ser como 'todos' o ser diferente para conseguir la felicidad y la tranquilidad. Hay reglas sociales, culturales, educacionales, morales...y creo en muchísimas de ellas. ¿Entonces, qué se hace?
Supongo que la clave es cambiar sólo aquello que no me funcione.
¿Ser diferente o no?

17 de octubre de 2011

'Te amo, felices 6 meses'

A estas alturas de la vida, se me hace tan...cómo describirlo? pues no sé, extraño, indescriptible, anormal, demasiado prematuro, demás de apasionado....bla bla bla que una pareja se diga 'te amo' teniendo apenas unos cuantos meses de noviazgo. Se acepta si el noviazgo es de unos jovencitos adolescentes, porque vaya...pasé por eso, y creo que los sentimientos a esa edad se magnifican y por supuesto, crees que eso es amor.
Yo se lo he dicho nada más a una sola persona, y precisamente es ese amor de adolescente, el primero...
Ahora, el amar a alguien o decirle a alguien que lo amo, aunque la relación sea ya de casi un año, estable y chidita, me parece más difícil.
Supongo que el decirlo y sentirlo tiene mucho que ver con circunstancias, pero también con el grado de enamoramiento (apendejamiento) y pasión con la que se vive la relación.
He conocido parejas, personas que se dicen te amo en su clímax, en la etapa de miel sobre hojuelas de la relación, (y vaya que me tocó uno que me lo dijo a dos semanas de ser novios) y dos meses despues o más, se separan y se olvidaron de ese amor.
El amor es más allá de pasarla bien suave, de reir, de sentir, de besar, de tomarse de la mano, de estar ahí, de cariños, piropos, apapachos, sexo, de compartir momentos y de ser lo máximo el uno para el otro, va más allá de aceptar errores, propios y del otro, de quererlos también, de quererse lo suficiente para ser mejor por esa persona, de hacer lo que fuese por el o ella y no solo la manta gigante que dice 'feliz aniversario'.
Me leeré amargada o lo que quieran, no importa. El amor se da, poco a poco, y trasciende y se queda después de ese furor que le hace a uno sentirse perdido en la otra persona, eso que ni qué.
Serán mis circunstancias, mi pasado y todo lo demás, pero para mi eso del 'te amo, felices 6 meses' no es cierto, aunque parezca, el amor es mas complicado que eso.

Cabe mencionar que si creo en el amor a primera vista y en el 'eterno' y esos clichés telenoveleros y hollywodienses de la utopía del amor (la razón se la cuento luego), en estar enamorado de alguien sin conocerle del todo, en adorar a alguien y que te vuelva loco al grado de que ves corazones volando al rededor, pero eso de amar...es otra cosa.

He dicho... u_u

Tortillas en el WalMart 2

Y como bien lo prometí hoy llevé a su casa a la señora que vende tortillas en el WalMart. Lo bueno fué que la encontré faltándole un buen tramo de su camino. Pensé que no aceptaría siquiera detenerse para saber porqué la llamaba. Di la vuelta en U, detuve el auto frente a ella y toqué el claxón.
-Señora, señora...venga- hice con la mano el ademán. Me vió y caminó hacia la puerta del carro. Abrí el botón y ella después la puerta.
-La llevo a su casa.
-Si mijita, muchas gracias- Se subió.

La traté como si ella supiera que ya la conozco y ella hizo lo mismo. La verdad es que tuve que comentarle que me pareció extraño que se detuviera, me hiciera caso y que se subiera al carro sin saber quién soy. Dijo que si le da miedo caminar sola a esas horas, que esta solo y oscuro. Supongo que no pude darle mas que confianza y la ayuda no podía dejarla pasar.
Resultó que vive cerca de mi casa, a unas 3 cuadras, según pues no la dejé justo ahí, sino que se cruzó la calle y siguió caminando.
Me dijo que nunca se casó y que no tiene hijos, o no viven con ella, no entendí del todo bien; dijo que ella era sola, ésto cuando le pregunté porque es que nadie la acompañaba o podía ir a recogerla del estacionamiento. Quizás por eso también se avienta a hacer lo que hace. No dejo de admirarla de todos modos.
Estaba contenta porque había vendido todas sus tortillas.
Ojalá me la pueda volver a topar y darle otro raid.
Me dió gusto ayudarla

11 de octubre de 2011

De esos días...

Muchas veces, sobre todo en días específicos del mes y por razón específica, quisiera volver a ser niña o adolescente...o de fregados regresar a cuando no era un completo martirio 'estar en tus días'.
No recuerdo cólicos espantosos encamadores e inmovilizadores, no recuerdo inflamación, retención de líquidos, cambios pinches de humor, ganas de llorar por la nada, sensibilidad a lo que sea y por lo que sea y granos en la cara. En esos días únicamente había que cuidarse de no mancharse y de tener la higiene adecuada, san se acabó.
Estoy creyendo que mucho se debía a que era más feliz; a que las cosas no eran tan complicadas, tan llenas de responsabilidades, tan llena de sin sabores...al grado de que los cambios hormonales no afectaban en absoluto mis días o quizás e indiscutiblemente mi cuerpo ya no es lo mismo. Aún asi creo que mi mente e inteligencia emocional era más sana.
Ahora solo espero que se acaben pronto, que no ocurra algo que aliente a mis hormonas a joderme la existencia y a tener preparadas las pastillas con ibuprofeno, a no hablarle a nadie y a que nadie me hable, porque estoy de 'mírame y no me toques'.
Malditos días, malditos sean.

Tortillas en el WalMart

Cerca de mi casa (a unos 5 min sin tráfico de mi casa en auto) hay un supermercado WalMart, donde en el estacionamiento hay una señora, ya entrada en años, yo calculo fácil de unos 60, de no más de 1.50m de estatura y 40kgs, morena, de cabello corto encanecido, con la mirada sobria y triste, a la cual jamás le he visto una sonrisa; ha de pasar mínimo unas 4 horas ahi parada vendiendo paquetes de tortillas de harina caseras. Al principio, se paraba a unos pasos de la puerta principal de la tienda, luego de un poco tiempo se acomodó a la salida del estacionamiento. Creo yo, que los administradores de la tienda le pidieron que se retirara. Una vez, por la tarde vi cuando llegaba en una troca ya vieja con las hileras de paquetes de tortillas para vender. A cada que pasa frente a ella les ofrece uno.
Hace no mucho, hará si acaso no más de 2 meses que la vi caminando por la avenida principal de mi colonia, que atraviesa y conduce perpendicular al boulevard donde esta el WalMart, era ya tarde si acaso más de las 11 de la noche. No recuerdo bien de dónde venía. Es extraño en estos tiempos de delincuencia e inseguridad ver caminar por la calle a esas horas de la noche a alguien y más a una mujer, grande de edad y de su complexión.
"Es la señora de las tortillas del WalMart"- Pensé. "¿Porqué caminará sola, tan noche?"-
Hoy, regresando de la casa de mi mejor amigo, donde plácidamente comí y bebí hasta más allá de quedar satisfecha, volví a verla. Caminaba con paso firme, a buena velocidad, sin mirar solo mas que adelante, con su delantal y una cubeta de plástico en la mano derecha.
No pude evitar sentir compasión, lástima o que se yo por esa pobre señora que regresaba a casa tarde, después de trabajar vendiendo tortillas en un estacionamiento. Después, al estacionar el auto en casa, lo sentí por mi.
Lo que tiene que caminar, que de seguro es del supermercado hasta su hogar, fácil hasta la altura de mi casa son de 20 a 30 minutos, lo sé porque cuando estaba en la prepa y en la universidad, después de mis ensayos pasadas las 9:30 de la noche los autobuses sólo llegaban al boulevard y debía caminar desde ahí hasta mi casa por toda la avenida; sólo Dios sabe hasta donde más tiene que caminar.
Me sentí una buena para nada; una malagradecida, conchuda y floja, como aquellos que sólo tienen pretextos y razones miles para no hacer las cosas y que creen que las cosas que tienen las tienen porque ya se las tienen ganadas, que merecen todo pero no hacen nada. Me dió vergüenza trás el asombro de ver la fortaleza y la valentía de esa señora de levantarse día a día, hacer las tortillas, pararse a venderlas en el estacionamiento y tener que regresar a casa a pié por un trayecto largo, tan tarde y sola. Independientemente y no importando las razones por las que tenga que hacerlo, simplemente lo hace. Porque no hay de otra, porque sino no se come, porque quizás es la única que puede y/o se atreve a hacerlo, mientras yo joven, con fuerza, con estudios, con gente a mi lado que me apoye, me doy el lujo de escoger el trabajo que yo quiera, de levantarme tarde, de hacer lo que quiero cuando quiero, de dejar de luchar y de volver a intentarlo si me da la gana, de esperar a que las cosas sucedan y todavía tengo el descaro de quejarme.
Admiro a esa señora y a la gente que tiene la firme convicción de que trabajando se sale adelante, que es la única manera en la que se hacen y se consiguen las cosas, que no ponen peros y si los hay los esquivan. La admiro, porque no somos como ella, como muchos viejos, porque somos unos ñangos, sin fuerzas y sin voluntad, comodinos y flojos.
Esta noche oraré por ella, y les aseguro que si la vuelvo a ver, me paro, le llamo y le doy un raid a su casa.