15 de marzo de 2012

Las preguntas de toda la semana ha sido: ¿Valdrá la pena? ¿Qué demonios hago aquí, para qué, porqué?
A una semana y dos días de haber llegado a la Capital Argentina todo se ve sin rumbo. Aunque no parece difícil, no sé por dónde empezar, qué hacer o siquiera si lo que ya estoy haciendo es lo correcto.
Comienzo a aburrirme. A tediarme estupidamente por lo que no hago y por lo que no he hecho.
En un departamento, aunque grande para los que se pueden encontrar aquí, con 4 colombianos y un paisano que ya nisiquiera habla chihuahuense, que duermen hasta la madrugada y se despiertan a medio día o que van a trabajar temprano, siempre está callado en el día, pero en la noche cuando pretendo dormir hay demasiado ruido. Gente que ya no quiere salir a 'turistear' y que ya tiene otras cosas que hacer; chicos que ya su vida está aquí. A veces siento que estorbo, que molesto, que no ayudo...
La escuela hasta ahora nada como lo creí. Error. El primer día siempre es malo, no pasa nada, o tus expectativas crecen o se derrumban. A mi, se me cayeron y se me perdieron dando la vuelta a la esquina.
Se me ha dado por pensar, malamente talvez, que no sirvo para esto, que es un sueño guajiro, que 'nomás no la voy a armar'. Otras, me da la ilusión de aprender tanto, porque sé que en México no hay nada de ésto y que puedo yo llevarlo y hacerlo parte de mi vida allá.
Me hacen falta, no mi cama, mi casa, mi trabajo o mi auto; me hace falta lo feliz que era allá, todo eso que me hacía sentirme bien. Y creo que eso va a hacer lo más difícil aquí.

4 de marzo de 2012

'A ver qué pasa'

Nadie dijo que las cosas eran fáciles. Tampoco las he querido siempre así.
Lo admito, soy demasiado emocional y sentimental y me cuesta trabajo equilibrarme. Sentimientos, emociones y lo que quiero contra lo que es, debe ser o puede ser, lo que hay y lo que puedo hacer.
Un partiaguas comienza y me están dando la libertad de hacerlo, creo que es lo mejor que puedo tomar de ésto; el que me dejen ser feliz a mi modo, aunque él no entre dentro del plan.

Lo voy a extrañar y creo que lo que a mi me importe, lo que yo quiera que pase o lo que estoy dispuesta a hacer no le da cuidado. No me basta con un 'a ver qué pasa...porque no he tenido tiempo de pensar qué quiero'. Para mi, ya no hay esperanza, no es suficiente dejar las cosas al tiempo y a ver si él quiere o yo sigo queriendo.

No lo entiendo. De nuevo, en la gran Ciudad de México me siento sola, abandonada a mi suerte. Así lo haré, qué más da, si al final tendré que salir adelante por mi propia cuenta sin su compañía siquiera.