19 de abril de 2016

Aquellos que llaman audaces.

Me gustan las personas audaces...

"Siempre que busco un adjetivo con el que elogiar a quien sea, sin remedio doy con la palabra "audacia". Los audaces cantan más allá de la regadera, ellos tienen amores y se consumen con su fuego, los audaces andan por la calle a las cuatro de la mañana sin preguntarse quien los sigue o temblar por quien pueda encontrarlos. Los audaces siembran parques, cosechan emociones, son hermosos como luces de bengala, se tiran del paracaídas, se van a Colombia a jugar fútbol o a Nueva York a desafiar la nieve, tocar el chelo, subirse al metro a las 6 de la tarde y hacer amigos donde nadie los tiene. Los audaces regresan. Los audaces viven más de 80 años y no le temen al bastón ni a la humildad necesaria para apoyarse en otros. Los audaces, aunque se mueran, enfrentan las enfermedades como si fueran vientos de verano. Los audaces escriben libros como quien cuenta prodigios en un ábaco inmenso y no tiemblan para inventar realidades más atrevidas que la luz cayendo sobre su escritorio"