12 de febrero de 2011

Del 14...

Tan polémico se ha vuelto el 14 de febrero, que ya cada quien tiene su opinión, contrastante en su mayoría, y que hasta hace algunos años he venido yo escuchándoles. Se encuentran aquellos que repudian la fecha, los que solo esperan a que llegue y a los que les vale madre. Los primeros según me han contado, bajo sus malas experiencias y las dolencias de la fría soledad, se aferran a la idea de que el día es todo un asco; dentro de esta categoría existen los desgraciados y tristes porque les ha tocado estar mas solos que el perro y nadie los pela ni siquiera con el pretexto del día; los anticonsumismo, que dicen que el día es más MKT y gasto de dinero que un buen día para celebrar el amor. Aquí pues es donde muchos comienzan a discutir que si no necesitan comprar, regalar ni mucho menos para demostrar su afecto, que la gente que lo hace el dia de San Valentín es una hipocrita insensata, borrega y tonta que se deja llevar por la euforia del día y como antagónicos están los que defienden la causa y derrochan corazones rojos, pétalos de rosa y besos a diestra y siniestra. Tambien existen los románticos empedernidos que solo esperan que la fecha llegue, ya sea para ver qué le regala o regalar a su pareja y/o sus amigos o, por otro lado para intentar socavar sus traumas de baja autoestima. Por último a quien les vale un reverendo sorbete la fecha y viven el día como cualquier otro y no se quiebran la cabeza, toleran a los románticos y a los amargados y disfrutan de lo que haya.

Yo por mi parte, ni de allá ni de acá. Creo en los detalles, en los momentos especiales y en que porqué no, pudiésemos esmerarnos un día o dedicarlo, a quienes nos hacen feliz. Si existe un día de la madre, del padre, del niño, del payaso, de la enfermera, del sexo, del hojalatero, de la secretaria y hasta del perro...y lo festejamos, pa' qué nos hacemos weyes y hacemos tanto borlote por el día de San Valentín. Si de todos modos nos encanta comprar, gastar, hacer, comer, coger, bailar, pistear y todo lo demás, qué problema hay.
Aunque tambien apoyo la moción de que para dar amor y festejar lo bonito que es la amistad, está todo el año.

Por mi parte, y apenas desde hace 7 años, estaré acompañada este 14 de febrero y tampoco me tiemblan las rodillas por ello. Conforme creces o te la pasas solita ese día, la faramalla se vuelve menos o te desacostumbras y más si ya no estás en la escuela.
Ya veremos qué pasa, en definitiva, y no lo niego, estoy feliz.