28 de marzo de 2010

El primer amor.

Hacía años, años...que no sacaba del cajón esa cajita de cartón que en sus adentros huele a canela, gracias a las velas que contenía, antes de que la usara como caja fuerte, aunque sin combinación, para guardar todas aquellas cartas que escribiste y con ellas, esos recuerdos de lo que fué mi primer amor.
Hay una, mi preferida, que recuerdo muy bien guardé en mi bolsillo por horas. Quería estar sola y en un lugar silencioso donde pudiera leerla detenidamente. Gracias a ello y a mi pantalón recién reteñido de negro, se coloreó en los bordes de las 2 hojas dobladas en triangulo, es por eso que la reconozco ahora. Ese día atravesé la explanada para ir al baño, tuve que dejar mi clase de cálculo. Estabas sentado frente a la explanada y sólo me llamaste y entregaste en mi mano la carta del día. Fué magnifíca. Aún lo es.

La busqué entre el montón de papeles doblados, los que acomodé por orden, para leerla de nuevo. Había olvidado qué decía exactamente. Sencillamente en ese par de hojas de cuaderno dejaste sellado lo que fué, el amor limpio que nos tuvimos, ese magnífico corazón tuyo que se unió al mio, esa época mágica que fueron los años de prepa.
Mientras leía esa letra chueca, que creo podré decifrar siempre, me vinieron miles de cosas a la mente, y me dí cuenta que eres lo mejor, lo mejor que me ha pasado hasta ahora, la única persona que me ha amado, el único que pude hacer feliz siendo yo.

Y ahora, cuando me encuentro peleando entre el mendigar amor o quedarme sola, entre cómo entender a aquellos hombres dispersos e indiferentes, lideando con la soledad y el mal de amores, espero que pueda llegar a vivir algo parecido a eso, algo como lo que fuimos los dos. Espero volver a ser amada y amar a alguien justo así.

No me queda más que darte las gracias y enterarte de que jamás te olvidaré, de que serás mi primer amor, cargando con todas y cada una de sus letras e insignias. El primer amor.