9 de junio de 2009

Allá.

Allá en un lugar muy lejos, quizás muy cerca, está. Allá donde se le concedió nacer, llegar y quedarse. Allá donde yace cada parte que lo hace ser, que lo constituye y que le da forma. Allá está.
En algún lugar lejos o muy cerca, con cabellos rizados y rojos, con largas piernas y brazos, con dorso enmarcado, con ojos reflexivos y con pasos grandes. Con una guitarra y un bajo a cuestas, con letras, mentes y cautela. Con años detrás de él, con una madre y un padre, sin un hermano, con un amigo de poco cabello y con mujeres que comienzan con 'A' en su larga lista. Con destellos de luz de un monitor, endulzandose la vida con pan y dulce de avellana, cantando a todo pulmón que es una morsa y que regresará a Rusia, con anillos en sus dedos, con su perfil gastado, con sus sueños por delante. Ahí está...con su voz en el telefono, con su risa espontánea, con sus palabras, con todo lo que tiene.
Ahí, tan lejos y tan cerca, quién sabe.
Con un perico y un perro, con una cama amplia, con una oficina reducida, con mañanas soleadas y noches calurosas, con rock, con toda su música, con alumnos, con caballos que galopan a cientos de km por hora, con ganas, con vida...; con Paul McCartney, con un título en psicología, con recuerdos, con su día a día. En un lugar se encuentra, grabando sus locuras, memorizando notas, queriendo, con el corazón de fuera, con las manos llenas, con los brazos abiertos, con la mente dispuesta...allá esta: Sin mi. Y yo, sin él.

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