25 de mayo de 2008

Burguerkinera

Desde hace tiempo, ya ni recuerdo hace cuánto, solo se que lo suficiente, me percaté de una señorita. Una chavita que vive por aqui, en la colonia.

Es una persona que parece callada, retraida, inclusive de esas chavitas que les gusta el metal o el rock, o quizás las que tienen alguna crisis de identidad y se creen malas, se pintan de negro el cabello y los ojos...pero que tienen una cara tan tierna que mas que malas se ven...cómo decirlo, solitarias.

La veía en los comienzos, por las mañanas cuando iba rumbo a la escuela, con su uniforme del bachilleres. Y a veces por las tardes con su playera del burguer king, cuando iba a trabajar.

Es bonita, blanca, de ojos grandes, una boca pequeña y suave, medio chonchita, que de seguro cuando sonríe se ha de ver muy bien. Como a todas y cada una de las personas que conozco en esas circunstancias en las que coincidimos en el camión, en la calle o esas cosas, le puse una seña, un titulo, un nombre a su persona y la llame: la niña 'burguerkinera'.

Despues de un tiempo, cuando supe que Esther existía y tuve la oportunidad de verla en una foto, me pareció familiar. Incluso, cuando veía a la burguerkinera me parecía ya más familiar que de costumbre, como si supiera que ya la conocía un poco más.

De un tiempo para acá, siempre que la veo, miro a Esther. Quizás no son muy parecidas, ya ni sé, pero me recuerdan ambas a ambas. Se me figura que Esther ha de verse como ella, callada, solitaria, introspectiva, serena, cabilando siempre en su mente cuanta cosa se le pase enfrente, con su cara redonda y gusto por la buena música.

Hace pocos días que me dí cuenta de eso. Que la burguerkinera se parece a Esther o al menos me la recuerda. La ví ya con el cabello castaño, mas claro...sin el uniforme. Creo que ha de ser mas bonita por dentro. Creo que ha de ser de esas niñas que si sonríen te ganan, con una voz dulce y que inspira confianza.

Ahora cuando subo al camión y ella esta ahí, cuando la veo caminar por la calle o me la topo en la tienda, no puedo evitar pensar en Esther y en qué estará haciendo.

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