Siempre de niño, habias pensado que tu madre era recia. Inclusive cuando se es niño ni cuenta de das que tus padres son personas, los ves gigantescos, poderosos, influyentes...superhéroes. Personas que no sufren, que todo lo pueden y que no tienen la vida dificil. Cuando vas creciendo y mientras tanto, te vas dando cuenta que son tan comunes y corrientes como todo, como todos, y que tu tambien lo eres.
Pero el dia en que ves a tu madre llorar, todo cambia.
Para ti tu madre, siempre había sido fuerte, muchísimo, que su carácter a veces la hacía ver como la mala. Pero ayer la viste llorar. Hacía rato que no la veías llorar tan seguido, tan sensible. Hacía rato que se le venía haciendo un gran nudo en la garganta, apretaba los dientes y se tragaba su dolor, todo para que no se dieran cuenta del gran hueco y el dolor de su alma.
Hace un año murió tu abuelo. Fué trágico. Piensas en cómo ha pasado el tiempo, tan rápido que parece que nada y todo ha pasado, y te acuerdas tan bien como si lo acabaras de vivir hace un rato.
Las cosas cambiaron y fué la partida para que ellos ya no fueran los mismos. Ella intenta a toda costa disfrazar el malestar y forjar su madurez, su estado de ánimo y su sabiduría en ti, tu hermano y en los que se acaban de ir.
Ayer lloró, frente a ti, y ya no la pensó tanto, ya no guardó cuidado en decirte que fué un dia triste; era el cumpleaños de su padre y ese día lo extraño más y le hizo mucha falta. Solo la miraste, con los ojos bien grandotes. Tu plan era subir, encerrarte en tu cuarto y hacer cosas intrascendentes...de esas que bien sabes hacer, pero te quedaste ahi, con ella, escuchandola...vaya, logro sensibilizarte a ti tambien. Tocaste su mano y dijiste: No solo sirvo para ser distraido y renegón o raro...Estoy aqui contigo.
Tu madre y tu padre, son humanos, imperfectos, de carne y hueso.
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