7 de enero de 2008

Me arden los pies.

Me arden los pies. Justo la parte donde mis dedos dejan de ser dedos y comienza la parte de la planta. ¡Aush!
Los tacones no fueron hechos para mi o diciéndolo como debe de ser, yo no fuí hecha para usar tacones. Tengo una pierna más grande que la otra, piso chueco y los converse me han acostumbrado a andar a 'rais' del suelo.

No sé si decir que el día fué bueno o no. Odio los días con aire, no puedes permanecer peinada, se te mete la tierra a las orejas y se te ensucia la cara, ¡malditas polvaderas chihuahuenses!, y además es una señal de que mañana hará frío, mucho frío.
A pesar de eso, me levanté temprano, relativamente a éstos días de weba en los que duermo hasta 10 horas seguidas, me pusé bien bonitilla (se supone) , el trajesito sastre de siempre, o más bien el único que tengo, y me encaminé a 3 entrevistas de trabajo con mi ridiculum en mano. Caminé lo suficiente como para que al llegar a casa no pudiera mantenerme en pie y aventara las botas lo más lejos de mi.

Lo clásico. 'Pásele...esperese aqui...cuéntame de ti...¿qué hacías en tu anterior trabajo?...¿hablas ingles?...Tell me something about your hobbies or your caracteristics...el trabajo consiste en...el sueldo es de...el horario de...¿interesada?...andele, gracias...nosotros te hablamos...seguiremos en contacto...' Todo en los 3. El que más me convenció es el que más se exige. Son interesantes, pero de seguro hay más futuro en solo uno. Se que puedo.

Ya viene el cambio. ¡Uy que mello!

¡Ah me arden los pies maldita sea!.

¡Zapatos de tacón y aigre! que gacho.

Ahi tamos...

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