27 de julio de 2012

No country for old men.

Ya me dí cuenta que hablar de dinero, drogas, delincuencia, balazos, narcos, crimen, gente muerta, inseguridad y miedo me es realmente dificil, dolorosamente dificil. Todavía no logro concebir ese mundo en la realidad, el mundo de las películas de acción y de terror y de las series policiacas. Pero ahora creo que si alguien lo pudo imaginar y plasmarlo para que otros millones pudieramos verlo, entonces, se podía hacer realidad: si alguien lo pensó, se puede hacer. Y bueno, se hizo, todas esas películas ahora se ven fuera de la pantalla, en la vida diaria y se estan volviendo tan increiblemente ciertas, palpables, propias. Me cuesta trabajo saber que soy parte de eso y más me cuesta tener que aceptar que no puedo hacer más que dos cosas: aguantarmelo para adaptarme o huir. Las dos están fuera de lo que quiero y de lo que espero.
Hasta hoy, tenía la fiel idea, la irrevocable convicción de regresar a México y se adelgazó un poco: pensé en quizás huir porque ya no quiero seguir aguantando, pero no quiero estar sola y no sé si ellos quieran acompañarme.
En mi cabeza rebolotea el asco, el sinsabor, la tristeza y la impunidad que hay en mi pueblo. No puedo ver ni escuchar ahora nada que tenga que ver con ello, soy ahora completamente sensible al tema, justo ahora que no lo tengo en frente, justo ahora que ya no lo vivo de cerca; y quizás por eso es que me duele más.

'Todo es por el maldito dinero. Por el maldito dinero y las drogas.'

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