14 de febrero de 2010

Me he topado con gente que a mi parecer cree que siendo positivo ganará la batalla. No es así. El ser positivo de nada sirve si no hay acción, si no conviertes las palabras en hechos que trasciendan más allá del ser articuladas y escuchadas acaso.
No entiendo porqué cuando le dices a alguien que deje de tratar de decirte cómo hacer las cosas o que simplemente nada de lo que diga te ayudará, porque andas de genio, porque simplemente no quieres escuchar o porque te pusiste nefasto o por lo que quieran, termina despidiéndose, como si no se pudiera hablar de otra cosa.
Hay quienes se la pasan compartiendo a diestra y siniestra mensajes de amor, de paz, de sosiego, de bienestar y purasdesas y nomás no veo que salgan de perico perro. Hay gente quien habla mucho, que inclusive hasta bonitas le salen las palabras, pero que no convence. Para mí, es gente mediocre y conformista. El estar seguros de que estar bien con uno mismo es suficiente que vaya y chingue a su madre. Porque podré estar a toda madre conmigo mismo, pero si no tengo ni dónde caerme muerto, de nada sirve, porque en esta vida no sólo soy yo, también estan quienes hacen posible que yo esté.
Es como bien dicen vivir de aire, al día, inmiscuidos en su positivismo y confort. Chínguense el lomo como muchos, como la mayoría y déjense de filosofías altruistas, de surrealismos pobres y de esperanzas huecas.
A mi ya no me convence.

No hay comentarios.: