5 de diciembre de 2009

No quiero que sea cierto...

La verdad duele. Más cuando no quieres escucharla de alguien más, porque cuando tu solito te das cuenta bien te puedes hacer bien menso y seguir pendejeando; cuando alguien más te lo dice, también te haces pendejo, pero evidencias más tu pendejez. Es bien cierto que no nos gusta que nos digan las verdades, duelan o no, no nos gusta. Pero hay de verdades a verdades; unas sin mucha importancia y otras hasta monstruosas. No sé a quién le duele más si a quien la escucha o a quien tiene que decirla.

Hubiera querido que no me dijera nada o que me lo dijera todo de un chingazo, para que no me diera la oportunidad de pensar, de deducir...

Asi las cosas, aunque uno no quiera.

Siempre hay razones por las cuales uno abre la boca, aunque sean inconcientes. La confianza que me han otorgado pesa, compromete y ata. No quiero guardar verdades...hoy si, no quiero por ningún motivo que sea cierto, porque duele...la verdad duele un chingo

No hay comentarios.: