8 de noviembre de 2009

Intransigente.

En muchas ocasiones uno cree que sabe lo que las cosas significan, pues a lo largo de la larga o corta vida uno aprende según ve, escucha y percibe.
Ayer me dieron una definición de intransigente: Yo.
Me sonó fuerte. No es una palabra que suene bonito, y la entendía como alguien que dice cosas sin coherencia y no justo en el momento preciso. Pero no, el diccionario me hizo calmarme un poco y conocer en verdad qué es un intransigente.

Si, lo acepto, soy una intransigente... Por terca, por ruda, por defensora de interes, pensamientos y porque me da la gana.

Lo bueno de esto es que ahora entiendo cuando debo darme el lujo de ser una completa intransigente, que no es la mayoría de los casos.

Muchos después de que les dicen sus verdades y errores y enfatizan sus defectos, como la mayoría lo hacemos, nos sentimos ofendidos, agredidos y señalados, hasta incomprendidos. Me ha pasado.
Ayer cuando lo hicieron conmigo, no fue para nada algo parecido. Me incomoda darme cuenta que no hago las cosas bien y más duele si a quien afectas es a quien quieres. Y justo por ello, se toma en cuenta, porque la gente que te lo dice te quiere, le importas y quiere que seas mejor. Yo se los agradezco, porque es a través de esa gente que vale la pena, de esas personas que estan cerca, te conocen y quieren que estes bien, por la que puedes crecer y mejorar.

Ya verán que sí.

Díganme intransigente una y otra vez, qué tiene. Se que ceder ante cosas que no me gustan, no tolero, no van conmigo es dificil, pero sea por ustedes y por mi.

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