Tengo que decirselo a alguien, aunque algunos ya lo sepan y otros lo sospechen. Tengo que escribirlo a mi forma y gusto y hacerlo saber, aunque sea al curiosón lector de mi bloguesito pinchurriento. Tengo que hacerlo, antes de que te lo diga a ti.
Me gustas. Bastante. Muchote. Un chingo.
Me gusta tu boca, grande y delineada; tus ojos que dicen todo, que esconden tu alma y que abren la puerta a tu ser.
Tu temple, tu seriedad y tu inocencia de niño escondida en ese cuerpo de hombre.
Tu estatura perfecta, para que puedan mis brazos rodearte el cuello, tus piernas largas, tus manos grandes y suaves.
Me gusta tu 1/4, 1/3 de y todo tu perfil, con tu nariz recta que combina perfecto con tu cara.
Me gusta como caminas, como te paras, como bailas y hasta como te ves cuando eres torpe.
Me pierdo en tu sonrisa tan genuina y transparente, en tu espalda recta, en tu olor...
Me encanta tu dulzura, tu ternura y tu fortaleza; tu calidez humana, tu generosidad y la gran facilidad que tienes para que te amen.
Me gusta como te ves; con pants, con sombrero y botas, con traje, con pijama...
Me derrite tu cuerpo delgado y estético, tu voz y tu risa.
Me gusta cuando te sonrojas, cuando lloras, cuando haces pucheros; cuando te estresas y cuando te quedas dormido a media farra.
Me gustas, bastante.
Me gusta cómo amas a tu familia, cómo te entregas a lo que te gusta, cómo eres fiel a tus valores.
Me gusta como piensas.
Me gustas, muchote.
Me gusta que seas un glotón y que comas como pajarito.
Me gusta que te guste como bailo, mis ojos y mis palabras de aliento.
Adoro que me digas te quiero.
Me gustas, un chingo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario