Buena noche la de anoche. Solo y únicamente porque volví a hablarte, a mirarte y a tocarte. Ya se te extrañaba. Lamentablemente, ya no es como antes. Ya no podemos sonreír, coquetear o buscar 'galanes' pues estas amarrada a uno de los compañeros de fiesta y pedas que tuve desde hace años. Al menos ya te diste cuenta, que te ha acostumbrado a una vida aburrida y monotona, que ronda solo a él. Pero esa es otra historia y cosa que ya no me gusta tocar, pues te molesta tanto porque más que nada, sabes que es verdad y te conviertes en la novia tonta y sumisa que jamás quisiste ser.
Hacerte reír ya fué más dificil. Hablamos de hace dos años, de cómo no nos hacía falta mucho, que la noche era de nosotras y que nos comíamos al mundo en tacones altos, cabello bien arreglado y una blusa nueva, aquellos tiempos en los que aprenderse las canciones estando ebrias era más fácil, cuando andar en tu 'troquita' era tan cómodo como estar en casa, comer, beber, cerrar el ojo y bailar era re chido.
Melancolía, eso fué lo que se respiró en el aire. Y vaya que hacía, uno frío, delicado, pero frío.
Piña colada de $60, una banda pésima, hombres feos, vacías mesas y de nuevo tacones altos y una blusa nueva...tu cabello chino y el mio secándose al aire.
Yo solo quería que la pasaras bien, para que pudiera repetirse, así como antes, así como el sabado. Pero nada, todo estuvo en mi contra...no te divertiste mucho y decidiste retirarte antes de que la noche acabara.
'O ya nos hemos hecho viejas o somos unas amargadas' dijiste. 'No, para nada, solo que la noche no esta de nuestro lado' contesté.
Una sonrisa en mi rostro, eso me trajiste. Que bien fué el encuentro. Ya no somos más estudiantes, ambas trabajamos y sabemos que no es igual. Extrañamos esos días.
¡Te quiero Ana! Gracias por regresar.
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