25 de diciembre de 2007

Aquellos que cautivan

¿Habian pensado antes que la gente parece estar predestinada, algo así como escogida u otorgada en nuestras vidas? Como si fueran todas y cada una funcionales sin importar si su estancia es rápida o casi imperceptible.
Sí, hay personas así.

Cuando alguien me preguntó que si que era aquello que me cautivaba del bello ser llamado hombre, solté sin discreción una larga lista de atributos y características.
Después de pensar un poco me vino a la mente ese gran artilugio del supremo, ese de colocar a la gente justo donde y cuando se necesta, y me di cuenta de que hay gente entonces que nos cautiva simple y llanamente sin conocerle, que parece a primeras instancias contener la más cantidad de palomitas en nuestra lista de atributos.
Cuando te topas con ellas, entonces crees en las causalidades y te despojas de esa listita -o listota- haciéndola rollito y tirándola lejos, sucediendo después miles de cosas.

Hay gente así, que nos cautiva la mente, el corazón, el espíritu, el cuerpo...nos hace suyos. Y esa gente, estoy segura que ya era para nosotros y nosotros para ellas, que en algún lugar del infinito se dispuso así, que al saber de su existencia, basta un poco y nada perdernos en ellas.

Me llegó a la cabeza pues, ese que tiene hartas palomitas en la lista y que sin querer queriendo y sin ser perfecto, se acerca a eso que tanto quiero. Y entonces, ¿Qué me cautivó de él? Todo y nada. Fuí poseída por el interés a cuestas de un cosquilleo en la panza que tomaba de la mano a un par de sensaciones que lograron despertarme como si la adrenalina emergiera de una fuente dentro de mi[de seguro de ahí se generaban las cosquillas]. Fué poco lo que ví su rostro y lo que escuché su voz después de encontrarle en la lista de fans de mi grupo favorito y escabullirme en un rato cada día por su pensamiento. No necesité más.

Él era para entrar en mi vida. Estoy segura, pues alguien como él y como otros tantos, no pueden más que posarse en ella y tan pronto robarte el aliento, cantarte al oído por las noches y tocarte la piel sin tacto.

Hay personas que sin conocerlas, te cautivan, esas mismas tienen que estar previamente destinadas a que te las encuentres, porque asi es y así debe ser.

Porque lo conocí y porque ansina fué.





Y para rematar:

"Porque personas como usted, a quien aprecio de verdad, porque la conozco y porque gusto de ello, porque la valoro por lo que es, se merecen a alguien más que bueno, a alguien de su altura, calidad y valor. Personas como usted son destinadas para personas exelentes, no merece menos."
Frases como esa, dichas de los labios de alguien que no osa lambisconear, que jamás aceptaría decir algo poco atinado y que además te quiere, te hacen el día, inflan tu ego y alimentan tu autoestima. GRACIAS Ricardo.

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