8 de julio de 2014

Te extraño papá.

Cada día, todos los días. No importa qué hora o qué esté haciendo. No existe un momento en el día, en el que no me acuerde de ti y en el que justo cuando te posas en mis recuerdos me siga preguntando porqué es que ya no estás aquí. No pasa un día en el que no me hagas falta, momento en el que no te necesite aquí.
Vuelvo a ese día, a ese 8 de julio en el que jamás me sentí tan perdida y tan lejos de todo, tan inmiscuida en la nada como aquella vez, esos miles de km lejos de casa parecieron eternos, infinitos. Nunca sentí la necesidad de no querer sentir nada, de no decir nada, de no ver nada que no fueses tu.
Intento hacerme a la idea de que no estás y de que siempre va a ser así, pero no lo logro. No entiendo porqué no me llevarás al altar, porque no conociste a Javier, porque no llegaste a la boda de José Angel, porque no conocerás a tus nietos, porqué no voy a poder abrazarte una vez más. No lo entiendo. Y estoy segura que jamás lo voy a entender, porque para mi y para todos los que te amamos nunca debiste irte.
Papa, donde quiera que te encuentres y a donde quiera que hayas ido: Te amo y te extraño.

No hay comentarios.: