30 de junio de 2009

A ver, ¿porqué?

¿Porque te conformas, porque te quedas callada, porque crees que nadie es para ti, porque te doblas, porque eres tu misma el obstaculo para tu felicidad, porque te dejas, porque caes en la mediocridad? Vales más si por ti misma luchas y creces, no por cuántos hombres hay detrás de ti, por cuántos te compran una cerveza en el antro, por cuantos te dicen qué hermosa eres, por pensar que sin él no serás nada, por pensar que no saldrás adelante con tus hijos, por pensar que si no le das la 'prueba de amor' te dejará...asi te vas mas al hoyo.

Mujer, date cuenta, que si bien no existen los principes, los imbeciles si. Y es por nuestra culpa, porque dejamos que lo sean, en cada cita, en cada frase, en cada flor con la que nos piden perdón, en cada 'sí mijito esa novia tuya es una arpía', en cada momento en que solapamos sus malos tratos, cada vez que creemos que no seremos nada si no nos aman, si no ligamos en el antro, si aquel pelajustán no nos dijo que sí, por cada vez que estamos ahi para ellos sabiendo que no lo agradecen...

Eres tu, entonces, la culpable de tu desgracia. Solo tú. Porque ellos creen que les funciona, creen que es la mejor estrategia habida y por haber, tratarte como una puta y además tu ya te la creíste. Te halagan las frases mas corrientes y soeces que dicen de tus pechos, la forma tan medianamente sutil en la que te invitan a salir, te encanta como te propone acostarse contigo en la primera cita y luego lloras si ya no vuelve, te sientes culpable si le dices que no, si le pides respeto y le crees cuando te dice que eres una apretada, una estirada cuando no le mandas tu foto con los pechos de fuera o las pompas paradas, te encanta que te crean tonta y sosa, te gusta que te sientan trofeo, que te luzcan a diestra y siniestra para despues prohibirte que uses una falda.

Mujer, abre los ojos de una vez. No existen los principes azules, pero de ti depende que los que valgan la pena, regresen.

Y no es que hayan cambiado los tiempos, que las mujeres tengan más libre expresión, que el feminismo este 'in'...el valor y el respeto por otro ser humano, el hacer las cosas bien, no son una moda o un estilo de vida, eso jamás debiera estar de lado, nunca será de otros tiempos como los de tus papas o tus abuelos.

Mírate y valórate. No le temas a decir que no quieres, que no te gusta, que no habrá quién te quiera...que tienes que hacer lo qué él diga y cómo él diga, pon obstaculos, date a desear, a respetar, cuídate...porque solo le entregas tu integridad a un hombre de poca monta.

Porque son aquellos hombres, que saben detectar a una buena mujer y los que saben que para tenerla hay que invertir, los que valen la pena.

¡Déjate de pendejadas!

Ellos no van a cambiar, si tu les sigues dando la oportunidad de usarte, si les haces creer que eso realmente funciona.

Para ellos solo tengo algo que decirles: ¡Chinguen a su madre! Conmigo su estrategia, no funciona.
Y para ellas: ¡Ya no jodan! que por su culpa nos es más dificil encontrar a aquellos que si valen la pena, chamacas mensas.

22 de junio de 2009

Bonita...

Yo sé que soy bonita. Muy a mi manera, pero lo soy. Cuando quiero, cuando se me pega la gana. Lo mejor de todo es que no necesito de unas buenas chichis, de parar la trompita sugerentemente, de tomarme miles de fotos con el mismo ángulo para luego editarlas con cositas rositas y colores fuertes, de ponerme escotes, de usar tacones del 10, de poner miles y miles de fotos en el facebook, hi5, myspace y purasdesas, de ser mega sexy, de hablar con vocesita chillona, de ponerme miles de accesorios, de usar ropa carísima, de tener un cabello largo largo y brilloso brilloso...no necesito ser la sensación, ser cachonda y tener como estrategia el exhibirme. Yo no soy así.

Prefiero no ser popular, no le hace que tooodoooos no me digan que estoy bien guapa, que soy una hermosura, que bla bla bla...porque al final de cuentas, esas expresiones me parecen vanales, son palabras finitas y que ahi quedan. Prefiero que alguien que me conoce, que sabe que soy todavia más pinchemente hermosa por dentro, me lo diga, porque es ahi, cuando le creo, cuando se que tiene razón. Prefiero que me digan que soy divina, aunque ande en tenis converse y no me haya puesto un corset rosa que me saque las chichis...Lo prefiero mil veces. Prefiero no tener miles de firmas en donde haya posteado fotos, pero que cuando alguien realmente sienta el decirme bonita, lo diga.

Es fácil, no necesito ser finta, pose y lo demás. ¡Soy hermosa! Soy un mujerón y quien diga que no es cierto, que chingue a su madre, porque entonces, no me conoce.

No me levanta el ego el tener miles de admiradores que solo quieran follarme o que me digan que soy preciosa...mejor que me digan que soy bien fregona, inteligente, simpática y una muy buena persona.

19 de junio de 2009

Hoy, justo hace unos pocos instantes, sentí como rayo, de chispazo, las ganas de que alguien me diga: Te quiero.

Pero no ese te quiero tan común y tan corriente que sale de vanales bocas, de sumisas mentes, de comunes sentimientos por inercia, por costumbre... Sentí una curiosa necesidad por que alguien me dijera esas dos palabras, desde adentro, desde más allá de lo que siente la piel, de lo que piensa la mente, de lo que se cree. ¡Qué se yo! Quiero que alguien me lo diga justo como realmente significa decirlo, porque lo sientes y porque así es, de verdad.

Y es que ya ni siquiera recuerdo la última vez que lo escuché. Hace muchísimo tiempo, eso si lo sé.

17 de junio de 2009

Lo extraño.

Las familias son tan numerosas y diversas como personas las forman. No quiero hablar a qué le atribuyo el que mi familia sea, con todo y sus perversos, pinches y malos defectos, una magnífica. A lo largo de mi vida he conocido a miles de personas, todas con una familia; grandes, pequeñas, complejas, simples, distraídas, cercanas, buenas, malas...etc., y la verdad he conocido a pocos que tengan una relación tan cercana y chida como creo la tengo con mi hermano.

He sabido de hermanos que no se hablan, que se odian incluso, que no saben la edad de los otros, que llevan su vida en casa como si aquel consanguíneo fuera ya parte de la casa como la tele o la mesa y no le dan ni la menor importancia, hermanos que viven sus vidas separadas, sin involucrarse. No sé si sea porque tienen bastantes años de diferencia en edad, que tienen aún más hermanos o que simple y sencillamente no se llevan; gente que inclusive ni con sus papas tienen relación.

Desde pequeñita mi hermano lo ha sido todo, desde el golpeador oficial saca brazos y amedentrador hasta el que más me apapacha, el ejemplo a seguir, la persona en la que confío y sopeso mis decisiones, definitivamente una compañia que me ha hecho, forjado y desarrollado justo como soy.

Desde siempre, siempre he visto mi vida junto a él. Y jamás había considerado el cómo se siente el que ya no vivamos en la misma casa, el que se case, el que tenga hijos, el que yo lo haga, el que incluso no vivamos ni en la misma ciudad. Y me aterra. Me siento celosa y hasta un poco sola desde que ya no se toma el tiempo necesario para que estemos juntos.

Y es que no, no me basta con verlo únicamente, con pasar a medias el día. Lo siento lejos, más lejos que de cuando estaba en Canadá. Siento que me lo quitan. Y quizás ya sea tiempo de que se me meta en la cabeza que ya no somos unos niños, ni los jovencitos que los fines de semana veían la tele por horas echados en la cama, molestandose y despues abrazandose para de nuevo volver a molestarse; que lo que mi hermano pudo haberme enseñado ya lo hizo, que se tiene que ir.

Pero me da tristeza, porque no quiero que se vaya. Porque aunque ahora en su cabeza cabe la posibilidad de tener su propia familia, yo lo voy a seguir siendo todas nuestras vidas y porque lo extraño, lo extraño maldita sea, un chingo.

No quiero que sea como los amigos que se van porque se casan, porque tienen un hijo, porque se fueron a vivir a otro lugar, porque los intereses mutuos desaparecieron como cuando te graduas de la prepa o de la universidad y jamás vuelves a ver la gente o porque sublime detalle, esta enamorado.Ya no quiero que venga a la casa y sentir que de nada sirve porque no lo voy a ver. Que todos sus planes sean solo y en torno a su novia, que se siente a la mesa y me sienta resentida, que quiera hablar con él y no pueda, quiero volver a tener a mi hermano como antes o de plano encontrar la forma de resignarme a que ya no será así.

Lo extraño tanto.

9 de junio de 2009

Allá.

Allá en un lugar muy lejos, quizás muy cerca, está. Allá donde se le concedió nacer, llegar y quedarse. Allá donde yace cada parte que lo hace ser, que lo constituye y que le da forma. Allá está.
En algún lugar lejos o muy cerca, con cabellos rizados y rojos, con largas piernas y brazos, con dorso enmarcado, con ojos reflexivos y con pasos grandes. Con una guitarra y un bajo a cuestas, con letras, mentes y cautela. Con años detrás de él, con una madre y un padre, sin un hermano, con un amigo de poco cabello y con mujeres que comienzan con 'A' en su larga lista. Con destellos de luz de un monitor, endulzandose la vida con pan y dulce de avellana, cantando a todo pulmón que es una morsa y que regresará a Rusia, con anillos en sus dedos, con su perfil gastado, con sus sueños por delante. Ahí está...con su voz en el telefono, con su risa espontánea, con sus palabras, con todo lo que tiene.
Ahí, tan lejos y tan cerca, quién sabe.
Con un perico y un perro, con una cama amplia, con una oficina reducida, con mañanas soleadas y noches calurosas, con rock, con toda su música, con alumnos, con caballos que galopan a cientos de km por hora, con ganas, con vida...; con Paul McCartney, con un título en psicología, con recuerdos, con su día a día. En un lugar se encuentra, grabando sus locuras, memorizando notas, queriendo, con el corazón de fuera, con las manos llenas, con los brazos abiertos, con la mente dispuesta...allá esta: Sin mi. Y yo, sin él.

5 de junio de 2009

The first...

La única foto que Joel me ha tomado, desde que él toma fotos para el grupo, que usted no esta pa' saberlo ni yo para contarlo mi pinchurriento y escuálido lector, pero es desde hace un chingo. Será porque raramente me toca estar frente al escenario porque soy de las más larguchonas y siempre nos refunden hasta atras del escenario, las chaparras siempre se ajuarean con los flashes.

Por eso ando como gallina culeca, presumiendola a diestra y siniestra [bueno, mas o menos] por el mundo mágico del interné.

Aunque mi faldeo no sea de lo mas genial, ¿pero qué hay de mi sonrisa y mis patas chuecas, o la cara de pujido o de quererse aguantar un gas de mi compañero?...Re te chida, si nadie lo duda.* No, si le digo, yo nací para ser bailarina, como no.

¡Enjoy!

o ménteme la madre, pues qué, da igual.


*No, ya en serio, si me gusto harto harto harto :D